El Bayardo: Ignacio Agramonte
Sitio de la Unión de Periodistas de Cuba en Camagüey
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Cada padre, como manager del equipo de béisbol, tiene su “librito”. Quizás en tiempos actuales de la informatización tendría que escribir “tutoriales”. Cualquiera de ellos en sus individuales supera a una decena de capítulos de los variados textos del Buen Papá.
En particular, quiero hablar del Juan que hacia pinitos para estirar el modesto salario de obrero gráfico con el fin de titular a sus hijas como maestra y contadora. Apenas tenía el sexto grado, pero daba clases de mecanografía, su ortografía era impecable, manejaba los domingos el carro del dueño…
Sobre todo, convirtió la casa de la calle San Esteban, de la ciudad de Camagüey, en punto de confluencia, para buenas y malas, de la familia y de los vecinos.
Yo, el varón y más pequeño consentido, esquivé sus aspiraciones de convertirme en educador y, al final, apoyó que fuera periodista aun con su punto de vista de “un oficio de mucho trabajo y poca paga”.